La manufactura mexicana enfrenta una nueva etapa de competencia global. La adopción tecnológica, la conectividad y la eficiencia definen el futuro de las empresas del plástico.
El reacomodo de las cadenas de suministro y el avance del nearshoring han colocado a México en una posición estratégica para la manufactura global. Sin embargo, esta oportunidad exige transformaciones profundas en productividad, conectividad y uso inteligente de recursos. “Las empresas se tienen que volver más versátiles, ser más eficientes, hacer más con menos, y esto con apoyo de las tecnologías que se están brindando”, advierte al respecto el ingeniero Pablo Barquet, gerente de ventas de Grupo Industrial Ámbar, empresa mexicana especializada en la venta, importación y soporte técnico de maquinaria para moldeo de plásticos.
El mercado del plástico no es ajeno a esta dinámica. El entorno de volatilidad comercial y competencia internacional ha hecho que las empresas mexicanas enfrenten la necesidad de optimizar materiales, procesos y consumo energético. Tecnologías como la inteligencia artificial, la conectividad industrial y la analítica de datos emergen como herramientas clave para mantener la competitividad.
Ante tal escenario, Expo Plásticos 2026 será un espacio clave para identificar soluciones tecnológicas y establecer vínculos directos entre fabricantes y proveedores. “Es un foro excelente donde en un solo lugar vas a tener diferentes soluciones para un mismo problema”, considera Barquet. “No es lo mismo andar tocando puertas que verlo cara a cara y poder atacar el problema directamente con el cliente”.
El ejecutivo enfatiza que el aprovechamiento de ferias industriales depende de la planeación. Recomienda asistir con un objetivo claro y con los retos definidos: identificar las tecnologías capaces de resolver necesidades concretas. “Ir con un objetivo bien definido para no andar disparando a todos lados y luego no llegar a nada”.
Para la edición 2026 de Expo Plásticos, Grupo Industrial Ámbar presentará maquinaria eléctrica y sistemas de doble platina, con enfoque en ahorro energético, monitoreo en tiempo real y optimización de ciclos productivos. Las celdas de trabajo que exhibirán buscarán demostrar cómo los distintos componentes pueden operar en conjunto para mejorar la eficiencia general del proceso.
Barquet advierte que el rezago tecnológico sigue siendo un obstáculo recurrente en la manufactura nacional. “Todavía tenemos mucho el ‘si me ha funcionado bien por 20 años, así me sigo’. Entonces sí es buscar orientarlos a cómo aprovechar estas nuevas tecnologías en beneficio de cada industria”.
El directivo indica que el papel del proveedor debe ir más allá de la venta. Su función, dice, es la asesoría técnica y el acompañamiento. “Tenemos soluciones a la medida, desde una muy económica hasta una de alto desempeño, pero siempre buscando un asesoramiento, no una venta”.
Hoy, la velocidad de innovación marca el ritmo, por lo que las empresas mexicanas del plástico enfrentan el desafío de transformar su cultura productiva y digitalizar su operación. Para Barquet, cierra con un mensaje claro: “la tecnología no es un lujo, sino la condición mínima para seguir siendo parte de la nueva manufactura global”.
